miércoles, septiembre 21, 2005

Reportaje a Steve Jobs en The Economist

A continuación voy a reproducir un reportaje sobre Steve Jobs, el jefe de Apple, que apareció en la revista The Economist y que fue publicada en El Mercurio en día de hoy. En este reportaje cabe destacar un par de frases de este innovador y emprendedor de alto vuelo a propósito de sus vivencias y de haber estado cerca de la muerte.
"Todas las expectativas externas, todo el orgullo, el miedo a fallar o a la vergüenza; estas cosas se terminan cuando se enfrenta a la muerte, dejando afuera sólo lo que es verdaderamente importante".
"la pesadez del éxito era reemplazada por la liviandad de ser nuevamente un principiante". (a propósito de que en su momento fue despedido de su propia empresa y tuvo que comenzar todo de nuevo... aqui lo tienen de nuevo con su estrella el "I pod" y al mando nuevamente de Apple)
Aquí va el reportaje:
THE ECONOMIST
La resurrección del jefe de Apple, con anuncios incluidos
Hace un año, un doctor le dijo a Steve Jobs que un tumor canceroso en su páncreas podría matarlo en un par de meses, y que por ello ya era tiempo de comenzar a adoptar medidas preventivas.Posteriormente, una endoscopía reveló que se podía extirpar el tumor.Por un día, Jobs, el jefe de Computadores Apple, al igual que Pixar, el estudio de animación más exitoso, se enfrentó cara a cara con la muerte.La experiencia parece haberlo vigorizado. La semana pasada, Jobs estaba sobre un escenario en San Francisco mostrando un show -para esos que se lanzan los productos Apple- que era dinámico y más activo que todos los anteriores.Cuando los hombres de negocios tratan de codearse con las estrellas del pop, usualmente el efecto es vergonzoso. Pero "Steve" se las arregló para tener a su amiga Madonna apareciendo en la pantalla y paseándose elegantemente con ella.¿Tendrá ella un iPod? ¡Lógico que sí! "Eso es tan obvio", dijo la superestrella riéndose. Entonces Jobs siguió con sus anuncios: un nuevo teléfono móvil de Motorola que tiene iTunes, el software de música de Apple, preinstalado y que representa un avance en el mundo de los teléfonos. Además del "iPod nano!", un nuevo reproductor de música digital que es más delgado que un lápiz, pero aún así puede guardar 1.000 canciones.Para Jobs, el lanzamiento del producto pareciera más que nada una oportunidad de llevar a casa el mensaje de que la música portátil y descargable ahora es irresistible.iTunes vende dos millones de canciones al día y tiene una participación de mercado mundial de un 82%.Jobs reconoce que son la segunda tienda más grande de internet, y que están sólo después de Amazon. Y que iPod tiene una participación de mercado de 74%, con 22 millones vendidos.Para un hombre que ayudó a lanzar la era del computador personal en 1976 con el Apple I, pero que luego tuvo que ver cómo Microsoft de Bill Gates se lo llevó todo, el monopolio de la operación de sistemas del PC -el porcentaje de participación de mercado de los computadores de Apple hoy es de menos de 3%-, tiene que ser reivindicatorio.La cosa "tonta" de estas experiencias cercanas a la muerte -literales o metafóricas- en la vida de Jobs es que él pareciera necesitarlas de forma esporádica para sobrevivir. Así lo sugirió el mismo Jobs cuando conversó con la clase de graduados de la Universidad de Stanford en junio.Hasta antes que cumpliera 30 años, en 1985, Jobs llevaba una vida que se acomodaba casi a cualquier cliché de Silicon Valley. Él se salió del college -como Bill Gates y Michael Dell-, empezó una compañía en un garaje con un amigo -como todos, desde Hewlett hasta Packard, y los fundadores de Google- y lanzó una revolución: la era de los PC. Buen negocio.El evento interesante ocurrió cuando tenía 30 años y fue despedido de su propia compañía, después de que el directorio de Apple se puso en contra de ellos. Estaba "devastado" y su carrera parecía muerta. Como siempre, Jobs volvió a animarse una vez que se dio cuenta, como lo dijo en Stanford, que "la pesadez del éxito era reemplazada por la liviandad de ser nuevamente un principiante".El éxito interrumpido logró lo imposible: se hizo más creativo. En 1986, Jobs empezó dos nuevas compañías: NeXt, un fabricante de computadores que siempre estuvo adelantado a su tiempo, y Pixar, un estudio de animación que tuvo varios hits.Una década más tarde, lo irónico es que NeXt fue comprada por Apple, y Jobs fue llevado a administrar la empresa que él había fundado.Jobs, un pescariano -vegetariano que come pescado-, con una vena filosófica y fuerte interés en lo oculto, interpreta estos reveses como lecciones. Como corresponde a un hombre que creció en los años 60 en California, él proclama su creencia en el karma y el amor.Sin embargo, ello no significa necesariamente amor por sus empleados -aparentemente, algunos han dicho que trabajar para él es una pesadilla-, pero el amor es uno de sus ideales."Siempre haz lo que amas, nunca renuncien", le advirtió a los estudiantes de Stanford.FocalizaciónSu lucha contra el cáncer, en particular, habría focalizado su mente. "La muerte es simplemente la mejor invención de la vida", señaló Jobs a su joven audiencia. "Todas las expectativas externas, todo el orgullo, el miedo a fallar o a la vergüenza; estas cosas se terminan cuando se enfrenta a la muerte, dejando afuera sólo lo que es verdaderamente importante".Pero no se queden con la impresión de que ahora Jobs está abrazando extraños en ocasionales actos de bondad. Él sigue teniendo mal genio: irascible y difícil. Además, continúa preparado para tomar acciones legales contra los adolescentes que publican copuchas de Apple en sus sitios web, alegando abusos en secretos de negociación.